jueves, 1 de octubre de 2009

"RADIO CIUDAD PERDIDA"


Autor: Daniel Alarcón, nació en Lima, Perú en 1977, su padre médico emigró con su familia a Estados Unidos cuando Daniel tenía 3 años, es antropólogo escritor y periodista. Ha ganado varios honores inclusive la beca Fullbright (2001), la beca Guggenheim (2007). Alarcón ha sido nombrado de los mejores novelistas jóvenes estadounidenses por una prestigiosa revista británica y uno de los mejores escritores latinoamericanos por el Festival Literario de Bogotá. Alarcón colabora actualmente con varios diarios e importantes revistas norteamericanas. Además es editor asociado de la revista peruana "Etiqueta Negra".
"Radio Ciudad Perdida" es su primera novela y el 29 de Septiembre del 2009 el periódico "El Comercio" anunció que se le había galardonado en Berlin con el Premio Internacional de Literatura "Haus Der Kulturen der Welt" dotado con 25,000 euros tras la publicación en alemán de "Radio Ciudad Perdida".
COMENTARIO: Hace aproximadamente un año leímos en el Club del libro esta novela y con ocasión del premio he vuelto ha leer los apuntes de mi intervención en la reunión.
La novela lleva el título del programa de radio en el que trabajaba Norma, la protagonista de la novela, en las noches. Es un programa de búsqueda a familiares desaparecidos y tiene mucho éxito con el pueblo que siente en la voz de Norma un consuelo a su dolor.
Las ciudades no tienen nombres, muchos pueblos solo tienen un número el que puede ser de cualquier lugar donde hay una guerra. Al leer yo no podía evitar recordar un Perú en lucha contra Sendero Luminoso, me parece que el autor ha querido darle prioridad en el relato a las vivencias de seres humanos, con sus sufrimientos en medio de una guerra, no interesa de que pueblo o país se trate.
En los libros de historia populares se habla de triunfos y derrotas, pero desde hace un tiempo leemos novelas que nos hablan de la experiencia humana de los que viven en países en guerra. Aquí a Norma la adoran porque su voz lleva consuelo y la quieren sin conocerla. En un pasaje de la obra, un soldadito le da un salvoconducto, y se cuadra al reconocer su voz.

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